PRE-MAPOMA VISUAL V (Por Edu Lozano)

Capítulo V



La Frontera


Se hizo la luz. La amplitud de Bailén contrasta con las angostas calles que acabamos de cruzar. Los rayos del Sol inundan el espacio reverberando con fuerza contra el blanco de la caliza de Colmenar y el gris los sillares de granito del Guadarrama. Es posible que no contásemos con él pero a partir de ahora va a ser difícil eludir su presencia. Como pega, esto no es Londres.




¿ Y ahora que ?, tras las emociones vividas metros atrás ha llegado la calma, parece que entramos en una etapa de transición, de cierto desasosiego. Estamos casi en la mitad en una media descafeinada, sin expectación, sin la meta, es solo un punto de referencia muy útil para tus estadísticas del “día después” pero que hoy es solo el intermedio.






Como en un partido o una peli, el momento para aprovechar y hacer la “parada técnica” o tomar un gel. Queda toda una segunda parte y es hora de ser previsor y buscar un arbolito discreto, no dejarlo para última hora que puede ser peor. La cuesta abajo del Parque del Oeste nos ayuda a relajarnos unos instantes y hacer inventario de cómo vamos y ajustar el equipo. Percibimos que lo que queda en adelante no va a ser fácil.



La cornisa del Manzanares es el límite visible de Madrid. El lugar donde se asentó el Alcazar, la muralla y posteriormente el Palacio Real y la Almudena. El Skyline del XVIII para los pintores de óleo y caballete, donde se organizaban las verbenas y los saraos, lo que está fuera del control del día a día de la ciudad.


Podemos divisar su perfil a lo lejos, como fondo de la interminable avenida de Valladolid, la vía del tren a la izquierda y el río a la derecha, un pasillo hacia las afueras del que solo puedes huir hacia adelante.

Toda aventura, para que sea realmente interesante, tiene que tener su punto de ruptura, de transito, ese en el que dejas tu vida organizada y te lanzas a descubrir lo desconocido. En Príncipe Pío tenemos la sensación de que partimos, sin maleta, hacia no sabemos donde. Estamos en el 24 y las piernas lo notan.




El río, como casi siempre, es la frontera natural. Al otro lado esta “lo salvaje”, lo que fue coto de caza de la realeza y que hoy es la Casa de Campo. Tenemos que cruzarlo para pasar al otro lado y adentrarnos en el territorio dominado por los kilómetros asilvestrados, los que no se dejan dominar así como así. Estos hay que pelearlos con el cuchillo en los dientes.




Es el lugar ideal para entrenar, para una tirada un rondo, como a diario hacen desde los grupos de atletas de elite a los simple paseantes. Realmente es el momento más técnico, en el que las sensaciones son fiables, sabemos como estamos ahora, para el día y la temperatura que hace. Todavía hay terreno y algo de margen de maniobra para un ajuste fino.



Es el momento de abstraerte de tu grupo, de los que van delante o detrás, tenemos que reunir en la cabeza al entrenador, al físio y el atleta y decidir que hacer, si puedes atacar o debes defender, si mantienes el ritmo o bajas de marcha. Es el momento de, en la soledad del corredor de fondo, decidir tu jugada. Cuando volvamos a cruzar la frontera la suerte ya estará echada y “el del mazo” no perdona. Al Maratón no le puedes engañar, todo sale, no es solo una carrera.








Por la cuesta del lago salimos de la Casa de Campo hacia el paseo del Extremadura. Aunque no lo parezca ya hemos pasado la prueba más dura, por lo menos mentalmente, porque algo en nuestro interior nos avisaba de que nos alejábamos sin saber hacia donde. Ahora está claro que volvemos, vamos en dirección a meta. Los 30’s caen suavemente y que largo parece.




El Manzanares es la frontera interior de Madrid. Solo tenemos que volver a cruzarla, hoy también es la nuestra.


9 comentarios:

Carlos dijo...

Edu, te estás ganando la plaza para Londres 2012. Cómo me has puesto, que he ido a comprarme un Aquarius...

PRONADOR ERRANTE dijo...

Hasta el capitulo anterior hemos llegado silbando, a partir de este es cuando se corre…..

Miguelito dijo...

Edu, te importa quitar las dos ultimas fotos , me estoy acalambrando

Miguelito dijo...

Perdón las 3 ultimas

PRONADOR ERRANTE dijo...

Voy cruzando el rio.

Sabes que te quiero.

No hay mucho dinero.

Lo he pasado mal...

Edu dijo...

Casi dan ganas de quedarse sentado en la barandilla del Puente del Rey, viendo pasar a los corredores.
Con la neverita y sombrilla.

Este año vamos a tener suerte y va a llover.

Es un pájaro?, es un avión?,... dijo...

Diossssss, que ganas tengo de pasar ya por ahí.
Uf, como se nota la experiencia, tienes más razón que un santo, hay unos cuántos kms ahí en los que tienes que tener mucha suerte en las decisiones que tomes. Puedes ser optimista o reservón. Lo malo es que no sabes si has acertado o no hasta mucho después. Y luego solo te queda una oportunidad para rehacerte del error si te has equivocado: esperar un año, al siguiente.
Ahora, si aciertas y te sale bien, te dura el subidón varias semanas.

PD: esto lo pongo para meter presión, que algunos se crecen con ella y otros se cagan en el morral, jajaja

Spiderman dijo...

Son kms que se hacen en plan "zombie",siguiendo al de delante o al que tienes al lado,me da mucho miedito toda esa parte,no se si voy o si vengo y se me hacen demasiado largos esos kms.

Me has acojonado Edu....

Grandioso....

rafael dijo...

juer Edu, tenía pensado no hacer este año la maratón, pero con las extraordinarias crónicas que te marcas, me estás picando¡¡
Intentaré retenerme, pero me lo pones muy difícil.
Un gusto leerte.

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